¿Habrá dólares para todos?
Hablar del mercado de cambios implica hablar de un fenómeno macroeconómico y a esos fenómenos macroeconómicos se los denomina crisis cambiaria o crisis de balance de pagos. Sin embargo, debemos señalar que no estamos en una crisis de balance de pagos ni tampoco en una crisis cambiaria.
En primer término, podemos afirmar que superávit o déficit comercial no son términos neutros en el momento actual de la Argentina. ¿Por qué? Porque en gran medida no hay una fluida oferta financiera de divisas dado que –después de la crisis de 2002- el país ha sido marginado del mercado financiero internacional.
¿Por qué se ha acrecentado la entrada de divisas a la economía en los últimos años? Básicamente, como consecuencia del alza de los precios internacionales de las commodities y –en menor medida- por el aumento de las cantidades exportadas. Consecuentemente, el canal comercial es el que alimenta (y ha provisto) gran parte de las divisas que conforman la oferta de dólares en la economía.
¿Por qué se ha desatado esta convulsión cambiaria en las últimas semanas? Básicamente, porque el sector público empezó a “comprar” dólares y –en cierta forma- desplazó al sector privado. Esto al mercado “no le gustó” y comenzó a resguardarse anticipándo o descontando un fenómeno que derivó en el abrupto corte de las autorizaciones para comprar divisas.¿Es un error el que cometió la política cambiaria? La respuesta es afirmativa.
¿Qué puede esperarse para las próximas semanas? Diversas alternativas: 1) que se vuelva a la situación anterior (o sea reabrir el grifo para las compras de particulares y empresas); 2) que se retorne a un esquema intermedio, restringiendo la capacidad de compra existente con anterioridad al cierre del mercado para privados (en nuestra opinión, la alternativa más probable); 3) que se segmente el mercado (tipos de cambio diferentes).
A nuestro entender, el BCRA tiene las divisas para establecer un tipo de cambio conveniente. Por alguno de estos caminos avanzará en las próximas semanas (ya explicitamos que nos inclinamos por la 2ª variante). Estas serían las líneas de acción que deberían desarrollarse en un lapso no superior al post pago del BODEN 2012 (primeros días de agosto), fecha que –paralelamente- coincidirá con la “normalización” de la ofertas de de divisas agrícolas tras el estacional ascenso que opera en el segundo trimestre de cada año.