Ahorristas "asustados": ¿Por qué se redujeron las Reservas Internacionales en junio?
Hace una semana atrás, nos concentramos en la “pobre” performance que había registrado el Banco Central como adquirente de divisas durante las primeras semanas de junio. Y si bien, los exportadores agrícolas, pusieron “toda la carne en el asador” en la última semana del mes (liquidaron diariamente casi un 70% más de divisas que en las restantes semanas de junio), el balance del mes pasado resultó desalentador para el BCRA en su intención de apropiarse de los excedentes cambiarios del sector privado: habría que remontarse a noviembre pasado para encontrar un período más famélico.
Ahora bien, ¿cómo evolucionó el stock de Reservas Internacionales (RI)? Prácticamente, sobre el cierre de las estadísticas de junio, surge que el BCRA perdió alrededor de U$S 500 millones en el mes. ¿Fue acaso el sector público el consumidor de RI durante junio? Sólo mínimamente. Los grandes actores del mes fueron los depositantes en dólares del sector privado quienes a través de sus retiros de fondos de los bancos explicaron prioritariamente este descenso en el stock de RI
¿Cómo juega todo este panorama en el nivel de la tasa de interés? Con un sector externo que en junio monetizó menos (ya señalamos que hay que remitirse hasta noviembre pasado para encontrar un parámetro más desalentador) y un sector público virtualmente ausente de la creación de dinero, el estacional ascenso de la demanda de medio de pagos que opera sobre fines de junio y gran parte de julio (pago de aguinaldos, vacaciones de invierno), determina que las tasas de interés comiencen a elevarse. Y esto puede funcionar de contrapeso a una creciente preferencia por la liquidez que vienen manifestando los agentes económicos desde que la AFIP potenció el "cepo cambiario" a principios de mayo pasado: los pequeños ahorristas escapan no sólo de los depósitos a plazo en divisas sino también de aquellos nominados en pesos.
En tanto los grandes depositantes mantienen una conducta más “conservadora”, los pequeños ahorristas lideran la contracción no sólo de los plazo fijo en divisas, sino también la ralentización de aquellos nominados en pesos (sus colocaciones a plazo en moneda local no mantienen -ni siquiera- un crecimiento vegetativo (se estima que en los últimos 30 días, los pequeños depositantes “retiraron” alrededor de $ 400 millones en depósitos a plazo de los bancos).
En síntesis. Estamos en un panorama donde las liquidaciones de divisas están “raras”. El BCRA compra divisas al sector privado (pero lejos de los estándares de los últimos meses) y el sector público (tras un buen “consumo” de RI en mayo) estuvo casi ausente en junio. Y el sector privado (a través de sus pequeños y asustados depositantes) le apunta a las RI a través del retiro de depósitos en divisas. Y eso está haciendo que las tasas de interés suban.
¿Cuál es el problema? Una suba de la tasa de interés desalienta la inversión agregada, provocando, a través de un reconocido efecto multiplicador, la pérdida de capacidad productiva y un deterioro social que puede afectar a la estructura de largo plazo de la economía. Hace 80 años, "el padre de la macroeconomía", John Maynard Keynes. sostenía que "la causa real del desempleo era el insuficiente gasto en inversión". Queda claro, estimado lector, porque ponemos más énfasis en el análisis de los factores que afectan la evolución de las tasas de interés (pese a que la intermediación financiera en la Argentina, no sea demasiado poderosa para provocar cambios dramáticos en la dirección del ciclo económico), que en la relativa inequidad que genera, actualmente, el impuesto a las ganancias. Hasta la próxima.